El inspector se arrodilla junto al cadáver de la anciana. Su rostro presenta un enorme cardenal morado junto al ojo izquierdo. “Es evidente que el asesino la golpeó con un objeto contundente y cayó escaleras abajo. No hemos encontrado el arma, aunque está claro que nadie podría sobrevivir a una caída así”, señala el forense. En efecto, la torre tiene una inmensa y estrecha escalera de caracol que se eleva hasta donde alcanza la vista.
La ascensión por las escaleras es lenta y, en ocasiones, los peldaños crujen furiosos como si fueran a derrumbarse de un momento a otro. No hay ventanas ni pisos intermedios. A medio camino, un agente descubre el extremo de lo que parece ser una vieja cuerda trenzada de hebras amarillas y blancas. Siguen el rastro hasta llegar al último piso.
Al entrar, una mujer de mediana edad y rostro ajado, propietaria de la larguísima trenza que han estado siguiendo, les sonríe con amabilidad. “Esa vieja bruja me mantuvo secuestrada durante años”, les cuenta más tarde frente a una taza de té, “y por si fuera poco todos los días me obligaba a cepillarme el pelo cien veces”, añade. El inspector asiente y, al observar de reojo el musculoso brazo derecho de Rapunzel, comprende cuál ha sido el arma homicida.
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(Nota de Eva: Aún sigo con el cuento que os comenté, soy un desastre organizativo :-S)
6 comentarios:
Jejeje, eso, las heroïnas de los cuentos se rebelan, me gusta :-D... A ver que hace Blancanieves, miedo me da.
OEF!
Mono tenía yo ya y todo, niña...!
Y por lo del cuento no te preocupes, esperamos lo que haga falta!
Saludos.
Parece que la trenza anuncia la presencia de la homicida y su arma poderosa. Aquella debía ser una torre como las que utilizaban los nobles medievales para encerrar a las damas.
Me gustó el relato y tu sencilla forma de narrarlo.
Besos
Bueno, por si algunos no conocéis el cuento de Rapunzel, aquí os dejo una pistita:
http://es.wikipedia.org/wiki/Rapunzel
Saludetes :-)
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