La cena
"Además, el pollo rebozado siempre humea demasiado y sé cómo huele. Esto es otra cosa", dijo él, mientras se servía un plato más de mi delicioso estofado. "Venga, cariño", me dijo con la boca llena, "confiesa, ¿has sido mala? ¿Has comprado solomillo?", y sonreía masticando a dos carrillos, el muy cretino. “No me gusta que derroches así, ya sabes. Te lo descontaré de la paga”, concluyó con un eructo. Yo asentí en silencio, observando el temblor de su papada al deglutir. Igualito que un cerdo, pensé. No, igualito que su madre. Esa bruja. Siempre presentándose en casa sin avisar.
7 comentarios:
Hola. Me otorgan el Liebster Blog, y yo continúo la cadena mencionándote a ti. En La taberna del callao lo tienes.
Gracias.
Esto... ¡buena suerte! y ya imagino que es la carne del delicioso estofado, jajaja- Me gustó
Besitos
Genial el microrelato. Jiji! Regreso pronto!
http://cuentosdensueno.blogspot.com
Muchas gracias, chicos!! A ver si hay suerte ;-)
Llego de la mano de Javier y su recomendación enfática al distinguirte con el Liebster.
Lo cierto es que me alegro de haberlo hecho, Eva.
Me gusta este micro de desamor con un final fundido en negro.
Me quedo asomado a tu ventana y señalaré el camino desde mi rincón, para que los amigos que no te conocen encuentren la senda.
Un saludo,
¡Muchas gracias, Pedro! ¡Y bienvenido! ;-)
¡Qué buenos micros! Tienen sabor a "quiero más". ¡Felicitaciones a las cuatro!
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