Regreso

Una noche de invierno y una casa apartada en el barrio obrero de Londres. En el salón, una pareja y su bebé sonríen desde un antiguo marco de plata, cubierto por una cinta negra. En la entrada, una anciana menuda se ajusta sus anteojos para ver mejor al hombre rechoncho que acaba de llamar a la puerta. Luce barba descuidada, la tripa asomando por encima de los leotardos verdes y una mata de pelo rojizo en clara huida hacia la coronilla. En una mano sujeta un farol de luz mortecina y, en la otra, un sombrero verde tocado con una pluma marchita. “Mamá, soy Peter”, anuncia, “he vuelto”.


(Pues eso, que ya está bien de vacaciones. Yo también he vuelto ;-)

7 comentarios:

Nicolás Jarque dijo...

Buen regreso, muy bien definido. Me gustó.
Un saludo.

Manu Grooveman dijo...

Siempre me gustaron los barrios obreros de Londres, los hombres rechonchos y los faroles de luz mortecina...

Eva dijo...

Muchas gracias chicos!!! (Mar, he borrado tu comentario por error, pero gracias también a ti, qué desastre soy)

Ana Campoy dijo...

Muy bien, maja, que no se diga...

Eva dijo...

Gracias, guapa! Sigo esperando noticias de lo tuyo ;-)

esaotra dijo...

Tan genial como siempre, Eva! :)

Eva dijo...

Gracias Asun, qué bien volverte a ver por aquí!! ;-)