No dije que lo sabía. La dejé instalarse en la habitación de huéspedes y me aseguré de cobrarle dos meses de alquiler por adelantado. Mi hijo la observaba de reojo, mientras ella ordenaba sus trastos canturreando con voz cristalina. Me dio lástima que fuese tan bonita, con aquella piel tan suave y esos ojos de cierva, pero la nariz era inconfundible. Le llevé una cena ligera a su cuarto y le devolví la sonrisa antes de cerrar la puerta. Después avisé a las SS y, satisfecha, me senté a tomar un té.(Sí, me he vuelto a enganchar a Relatos en cadena, qué le vamos a hacer ;-)
10 comentarios:
Buen intento. Suerte.
Yo también mandé alguno.
Un saludo indio
Gracias!! Lo mío es ya tradición, porque me lo paso bien participando, aunque tampoco le haría ascos al premio, claro. ¡Mucha suerte a ti también!!
¡Ostrás! Dolorosamente bueno.
muy bueno, sisi.
Gracias, chicos, y bienvenidos!
Ostras, está chulísimo. ¿Ni siquiera quedó finalista?
Hum, me gusta lo que escribes... ¡empiezo a seguirte!
Gracias y bienvenida Acuática!! No, no quedó finalista, mira que participo y sólo lo he conseguido una vez, con un micro con el que ni lo esperaba. Así de impredecibles son los jurados ;-D
Un saludo!!
Hola de nuevo Eva!
He añadido este microrrelato a mi microteca. Espero que no te importe, pero si te molesta, dímelo y lo quito enseguida.
Un saludo!
:)
Hola Acuática!! Claro que no me importa, encantada! Si eso, puedes añadir mis apellidos, que Evas hay muchas ;-)
Uy, perdona, es que me metí en tu perfil y no vi los apellidos, pero me he dado cuenta de que a la derecha tienes publicaciones con tu nombre completo... ¡qué torpe!
Ahora lo cambio :)
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