Genes

Al entrar en su despacho, el doctor contempló a la pareja que, con evidente tensión, aguardaba los resultados de sus análisis. Ella era menuda, con melena negra y grandes ojos castaños. Él era tan guapo que dolía. Los bucles rubios le caían a ambos lados de la cara, enmarcando una mirada azul y serena. Sin embargo, estos detalles quedaban eclipsados por las enormes alas blancas que emergían de manera natural de sus omoplatos. El nerviosismo le hacía agitarlas inconscientemente, arrancando susurros al aire y esparciendo plumón sobre la alfombra.

El médico apartó la vista, confuso, y volvió a revisar sus papeles. Mal, todo estaba mal. O bien. No lo sabía. Carraspeó. La joven ya no pudo controlar su impaciencia. “¿Entonces, doctor, cómo está yendo todo? ¿Nuestro bebé está bien?”. El médico volvió a carraspear y se sentó frente a ellos. Observó de nuevo las ecografías. “Bueno”, comenzó a decir, “tiene todos los miembros completos y en su sitio, y parece que todo va bien para estar en el quinto mes... Además... hum... a pesar de nuestros temores no ha desarrollado... eh... ciertas peculiaridades que podría haber heredado del padre”, hizo una inclinación hacia el hombre rubio, que asintió con seriedad. “Pero”, prosiguió el doctor, “han aparecido ciertas deformaciones insólitas que nos preocupan y que no sabemos a qué atribuir. Observen ustedes mismos”, dijo tendiéndoles las ecografías.

La pareja se inclinó sobre la imagen borrosa del feto. En ella se apreciaban las extremidades encogidas del bebé y la silueta del cordón umbilical, cuya línea parecía prolongarse más allá del estómago, como una cola alargada. Además, en su cabeza se apreciaban dos pequeñas protuberancias. La madre lo observó detenidamente y, al cabo de un momento, asintió complacida. “Vaya, pues parece que el pequeñín ha salido a su abuelo”, dijo.
Y sonrió al médico, mostrando dos afilados colmillos.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Más, Eva, más. Me encantan tus relatos, de verdad. Tengo unas ganas de poder tener en mis manos tu primera novela... ¡¡Ánimo con ello!!

Besotes astures.

Anónimo dijo...

je, pues si está todo el rato escribiendo relatos no tendrá tiempo para escribir una novela :D

Ligia dijo...

Está genial. De verdad, Eva. Feliz año.

esaotra dijo...

GRACIAAAAASSS :D

Mini Friki dijo...

Te vas superando día a día. Cada cuento es mejor que el anterior.

En este me has sorprendido con el final.

Maine dijo...

Mejor vampiro que ángel...

Anónimo dijo...

vampiro? el abuelo no era un demonio?

De parte de la princesa muerta dijo...

Tus letras dormidas cobran vida en mí. Entran de puntillas,sin hacer ruido, y muy sutílmente ocupan sus respectivos puestos, una detrás de la otra, en fila, hasta q consiguen llenar mi marchita tarde de domingo.
Ahora podré decir que he vivido un domingo de cuento, no de hadas, pero sí "fantástico". (en sus dos posibles acepciones) =P
Un "BRAVO" es lo que has conseguido.
Y un "GRACIAS", lo que te mereces.

Unknown dijo...

...pues que escriba una novela de relatos :-)

No me canso de leerte.

Eva dijo...

Iré poquito a poco, ya me estoy soltando en los relatos largos y quizá algún día, una novela ;-)
(por cierto, beatriz, sí que es un demonio, aunque los colmillos confunden)
besos

América dijo...

Vamos que me encanto este blog,de calida presencia,buenas imagenes y relatos deliciosos....Que como llegue????....jajajaja...Por el burlador de mitos,el terrible doctor....Saludos