Juegos

Decidimos fondear el yate en cuanto avistamos aquella cala blanca, escondida entre rocas escarpadas y con una vegetación inusual en aquellas costas. Marion se tendió desnuda en la arena mientras los niños y yo jugábamos a ser exploradores, tratando de atisbar algún rastro de vida entre la maleza. El agua estaba a una temperatura deliciosa, y tras el baño nos quedamos dormidos. Ya anochecía cuando me he despertado, cubierto de hilos finos y afilados que se clavaban en mi piel como colmillos. Los niños no están y Marion se revuelve angustiada a mi lado, como la presa de una araña gigantesca. En la oscuridad oigo voces agudas que hablan de matar a los gigantes. Viva liliput, liliput, chillan. No sé qué juego nuevo es este, pero de la azotaina no se libran.

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Dedicado a Rosana, cuyo estupendo blog os recomiendo.