Susurros en el tejado, ahora en Amazon

Casi dos años después de que se publicara Susurros en el tejado, hago balance y la verdad es que no puedo quejarme de la cantidad de lectores y buenas críticas que ha conseguido, especialmente si se tiene en cuenta la distribución un tanto yeyé que ha tenido el libro y las dificultades que ha habido, según me habéis comentado muchos, para conseguirlo en determinadas ciudades.

Bueno, pues ha llegado la hora de saltar unas cuantas barreras y hacer un poco más accesibles estos Susurros antes de que se extingan definitivamente. De modo que a partir de ahora el libro ya está disponible en formato ebook para Kindle en Amazon.es: podéis comprarlo a precio reducidísmo en este enlace tan majo, con una nueva portada más molona, no vayáis a pensar que os habéis equivocado al hacer click.

¡Que lo disfrutéis! :-)

Souvenir

“Bienvenidos a la calle de Las Brujas”, rezaba un cartel medio carcomido en aquel poblacho caribeño al que habíamos ido a parar debido a mi incapacidad para leer mapas. Mi esposa, en cambio, parecía feliz con aquella visita improvisada, y no dejaba de revisar la guía turística en busca del nombre de aquella aldea remota que no aparecía en las rutas. “¿Vamos a verla, no?”, me preguntó, si bien no esperó mi respuesta para adentrarse en el oscuro callejón, con su hilera de tiendas cochambrosas.
Amuletos, ídolos de piedra, miniaturas embotelladas, fetos de animales disecados. A la quinta fotografía mi estómago comenzó a perder la poca serenidad que le quedaba tras dos semanas de vacaciones exóticas. Las vendedoras nos miraban pasar con curiosidad, sin abandonar su labor de costura ni sus sonrisas plácidas. No pude dejar de notar que, pese a su inquietante mercancía, todas ellas tenían el aspecto de dulces abuelitas cocineras de bizcochos. La última, de hecho, nos invitó a que probásemos uno recién horneado.
Sabía que no debíamos comerlo, pero mi mujer, como siempre, me sonrió desafiante antes de darle un buen mordisco. La miro ahora y se me saltan las lágrimas al ver cómo da vueltas en círculo y consulta su guía sin comprender qué ha ocurrido. Me da miedo tapar la botella, no sea que se quede sin oxígeno. Pero tengo que reconocer que, aunque me costó una fortuna comprarla, decora muchísimo la repisa de la chimenea.

Lealtad

El comandante de la Guardia Suiza nunca llegó a cruzar el umbral. Ni siquiera tenía que haber abierto la puerta. Sus órdenes eran claras: acompañar al niño de las llagas hasta el despacho de Su Santidad y que entrase solo. Pero el niño se resistía, quería volver con su madre. Lloraba, se le abrían las heridas de las manos, le manchó de sangre el jubón. Y aquel olor a uva fermentada que despedía tampoco ayudaba a aclararle las ideas. Por eso, cuando llegaron abrió la puerta de golpe, dispuesto a empujar al mocoso dentro, pero se paró en seco. En mitad de la estancia se alzaba una cruz de madera, recta y firme, ocupando el lugar de los sillones para visitas. El niño se acercó a ella, curioso, ignorando los tres clavos que tintineaban en las manos del Santo Padre. El comandante, como dijimos, nunca llegó a cruzar el umbral. Tragó saliva. Y cerró la puerta.


(Con este micro me presenté a última hora al concurso de Getafe Negro pero no hubo suerte. Aun así, aquí os lo dejo para los anales del blog. Me tenía que salir la vena seudosatánica, claro ;-)

Regreso

Una noche de invierno y una casa apartada en el barrio obrero de Londres. En el salón, una pareja y su bebé sonríen desde un antiguo marco de plata, cubierto por una cinta negra. En la entrada, una anciana menuda se ajusta sus anteojos para ver mejor al hombre rechoncho que acaba de llamar a la puerta. Luce barba descuidada, la tripa asomando por encima de los leotardos verdes y una mata de pelo rojizo en clara huida hacia la coronilla. En una mano sujeta un farol de luz mortecina y, en la otra, un sombrero verde tocado con una pluma marchita. “Mamá, soy Peter”, anuncia, “he vuelto”.


(Pues eso, que ya está bien de vacaciones. Yo también he vuelto ;-)

Arresto

Su compañero la encañonó mientras él revisaba la ficha policial. No había duda, era la misma mujer de la foto. Alta, caucásica, pelo castaño. Buscada en quince estados por asesinato, secuestro y robo. En la descripción alguien había añadido una nota escrita a mano: “Cuidado con sus ojos. No mirar fijamente”, alcanzó a leer antes de sentir el roce del metal contra su nuca.

(Me he apuntado tarde y mal a esta iniciativa tan chula. Me has dado envidia, Rosana!! ;-)

Por favor, sea breve


Nada más que un apunte ídem para contaros que ya está disponible la publicación con los veinte ganadores del premio "Por favor sea breve", entre ellos una servidora, y que si no me equivoco se regalará en la Feria del Libro de Madrid con la compra de un libro en la caseta de Páginas de Espuma (nº 264). Corred a por él y disfrutad con nuestras microlocuras ;-)

A la rica antología

Últimamente estoy volcada en tantos proyectos que tengo el blog abandonado, pero prometo seguir horneando micros en breve. Mientras, mis relatos largos reclaman protagonismo, así que aprovecho para informaros de que ya está en las librerías Tras el velo (Ed. Torre de Marfil), una antología de terror contemporáneo donde podréis leer mi relato junto a los de autores consagrados como José Antonio Cotrina, David Jasso, Marc R. Soto o Santiago Eximeno.

Ahora que se acerca el verano, no vienen mal unos cuantos escalofríos literarios ;-)

Microlocas en La Noche de los Libros

Mañana, miércoles, a las 20.30 h., en la Biblioteca del Instituto Internacional Americano (C/ Miguel Angel, 8 - Madrid) leeremos textos de las antologías Por favor, sea breve (Páginas de Espuma) y "Las microlocas" tendremos nuestra puesta de largo.

Habrá cuentos, vino, jazz y buena compañía... ¡no os lo perdáis!

De cero

Para los curiosos que se quedaron con ganas de leerlo, en este enlace podéis encontrar por fin mi microrrelato De cero, ganador del premio Por favor sea breve, además de una foto mía con cara de microloca ;-)

Por dónde ando...

"Mire usted: la aldea de F. surgió a causa de uno de esos accidentes. El tren fue a dar en un terreno impracticable. Lijadas por la arena, las ruedas se gastaron hasta los ejes. Los viajeros pasaron tanto tiempo, que de las obligadas conversaciones triviales surgieron amistades estrechas. Algunas de esas amistades se transformaron pronto en idilios, y el resultado ha sido F., una aldea progresista llena de niños traviesos que juegan con los vestigios enmohecidos del tren".

El guardagujas
Juan José Arreola

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Hoy he recibido muy buenas noticias, esto es sólo una pista, pero pronto espero contaros más. Mientras tanto, sed bienvenidos a la Aldea de F ;-)

Negra y criminal


Pues nada, que ya está en las librerías la Antología del Relato Negro III que ha publicado Ediciones Irreverentes y en la que se incluye mi microcuento Una buena mujer, junto a relatos de autores como Joaquín Leguina, Francisco Nieva, Horacio Vázquez-Rial y la estupenda María Zaragoza, así que no os la perdáis.

Para averiguar más cosas sobre la antología podéis pinchar aquí :-D

Juegos

Decidimos fondear el yate en cuanto avistamos aquella cala blanca, escondida entre rocas escarpadas y con una vegetación inusual en aquellas costas. Marion se tendió desnuda en la arena mientras los niños y yo jugábamos a ser exploradores, tratando de atisbar algún rastro de vida entre la maleza. El agua estaba a una temperatura deliciosa, y tras el baño nos quedamos dormidos. Ya anochecía cuando me he despertado, cubierto de hilos finos y afilados que se clavaban en mi piel como colmillos. Los niños no están y Marion se revuelve angustiada a mi lado, como la presa de una araña gigantesca. En la oscuridad oigo voces agudas que hablan de matar a los gigantes. Viva liliput, liliput, chillan. No sé qué juego nuevo es este, pero de la azotaina no se libran.

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Dedicado a Rosana, cuyo estupendo blog os recomiendo.

Asesinato en cuatro palabras

«Las hadas no existen»


¿Habéis oído un grito lejano? Un nuevo crimen en Nunca Jamás. Por suerte aún quedan personas como Marian Womack, que siguen creyendo en las entrañables fairies, como demuestra en este precioso artículo publicado en la revista Koult. No os perdáis tampoco su blog, Fábulas de Albión, muy recomendable :-)

Estoy leyendo...



... Y no puedo dejarlo. Qué novelón, os lo recomiendo. En España acaba de publicarlo la editorial Impedimenta, con un estupendo prólogo de mi querido Miguel Cane :-)

Dragones

El único caballero que consiguió regresar del país de la bella durmiente llegó malherido, sin montura, con el terror pintado en el rostro y la barba adolescente encanecida. Habló a los aldeanos de un páramo sin horizonte donde sólo se escucha el clamor de los cuervos; de campos de huesos sin edad reluciendo como nieve al sol, y cadáveres desmadejados bajo una torre afilada como un colmillo. "Pero, ¿y el dragón?", le preguntaron, "¿Pudiste verlo?". Él respondió: "¿Qué dragón?", y lentamente se frotó el cuello, enrojecido por la huella fresca de un mordisco.