Agua

El príncipe no había visto jamás unos ojos tan turbadores. Observó boquiabierto a la joven mientras dejaba que el agua de la cascada empapara sus vestiduras. Ella clavó en él sus pupilas violeta, recorriéndole con avidez, como si estuviera desnudándolo lentamente.
Era tan hermosa… Su melena blanca le caía en graciosas ondas sobre la espalda, dejando al descubierto la piel húmeda de sus senos. Había emergido súbitamente de las aguas mientras él bebía a la orilla del estanque. El príncipe olvidó la cacería, a sus guerreros y a las campesinas toscas de las que solía gozar en sus excursiones. Aquel sí era un bocado real. Su rostro era un óvalo perfecto. Sus labios eran rojos como la sangre de una virgen. El muchacho notó cómo su pulso se desbocaba. No podía esperar, tenía que hacerla suya en aquel mismo instante. Rápidamente, se despojó de su espada y su armadura, y se adentró en el agua. Ella retrocedió asustada, pero no opuso resistencia. Él la estrechó con fuerza y le mordió los labios hasta que sintió en su boca el sabor de la sangre.

Cuando los demás guerreros llegaron al estanque, todo había terminado. Observaron en silencio el cuerpo de la hermosa doncella, que flotaba en el agua con los ojos abiertos en una expresión final de horror y sorpresa. Mientras el príncipe terminaba de colocarse la armadura, sus caballeros hundieron el cadáver y callaron al ver las marcas oscuras de su garganta. El príncipe montó en su caballo y esbozó una sonrisa triunfal. “¡Atrapemos a ese zorro!”, gritó. Los guerreros respondieron con vítores y, tras espolear sus monturas, siguieron a su futuro monarca. No notaron la avidez de su mirada, ni el extraño fulgor que emanaba de sus pupilas violeta.

13 comentarios:

Eva dijo...

Siento haber tenido esto tan abandonado, este fin de semana intentaré colgar más entradas (y mejores). ¡Este máster absorbe toda mi inspiración!

Besos a todos,

Eva

Anónimo dijo...

me ha gustado este relato, muy descriptivo y adjetivado, pero intenso

creo que me voy a quedar un ratito en este blog...

besos

Ligia dijo...

Ya echaba de menos tus relatos. Se nota que estás aprovechando bien el máster, aunque la imaginación siempre la has tenido. Un abrazo

esaotra dijo...

Graciaaaaaaaaaaaasss!

Anónimo dijo...

¿Para cuando el libro?

Carroña dijo...

muy bien, me encantó, saludos

Carroña dijo...

no solo me encantó, sino que me quedo a leer y te agrego a la lista de blogs en mi blog porque escribes muy bien!!
te felicito
:)

Maine dijo...

God bless the vampires... ;)

Anónimo dijo...

Hola! Me encantan tus relatos, muy magnéticos. Te voy a poner en mi lista de blogs. Un beso y sigue escribiendo!

Anónimo dijo...

felicidades, me ha gustado mucho el relato...
qué pasión!
burbruja
Pásate si quieres por mi blog, besos

Nuevo Ícaro dijo...

Fantastico relato, me ha gustado mucho. Saludos.

Anónimo dijo...

Voy a imprimir este relato para introducirlo entre las últimas páginas de mi roído "Leyendas" de Bécquer, a modo de "Última edición".

Me encantan tus descripciones porque con lo justo, consigues crear la atmósfera, como si no necesitases casi escribir para llegar al lector.

PD: Una de las diseñitos de la clase de Sara es la que se permite comentar humildemente. ^^

El R dijo...

Me encantó lo que has perpetrado (como tu dices). Ya me hacía falta leer algo nuevo de ti. Hay un link en mi blog a tu página desde hace tiempo.

Besos